¡Oh Señor!, abrazarte para siempre
ligando fiel mi corazón al tuyo;
enlazándome a ti, sin distraerme
en los sombríos laberintos suyos.
Comer sólo el maná de tus palabras
ignorando la voz de mis instintos,
siervos, en yugo que el pecado labra
tras seducirlos en su cruel recinto.
Conociendo tu fuente inagotable,
cuyas aguas resuelven mis desiertos,
cual duna sedienta, igual de inestable,
sigo recayendo hacia pozos muertos.
No quiero traicionarte y te traiciono.
Deseando obedecerte, me rebelo.
Creyendo estar muy firme, me desplomo.
Inútil vasija. Pedregoso suelo.
Con piedad infinita me demuestras
que mis nobles esfuerzos son vapor.
Que mi ardiente faena es obra muerta;
harapos indignos, sin ningún valor.
Del precario aposento en que se gesta,
suba a ti, perpetuo, mi tenaz clamor;
pues todo mi sustento está en tu diestra
y no tengo otro amparo que tu Amor.
- Autor: Monica Landini (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de julio de 2011 a las 19:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 87
Comentarios2
No quiero traicionarte y te traiciono.
Deseando obedecerte, me rebelo.
Creyendo estar muy firme, me desplomo.
Inútil vasija. Pedregoso suelo.
la hoestidad y la sinceridad es lo ke mas me cautivo de tu poema. Gente ke se expresan a Dios asi, de verdad, ke me impactan
gracias por compartir
saludos desde miami
juan s
Muchas gracias por tu visita y tus palabras. Esa es mi ordinaria y sencilla realidad cotidiana...
Dios te bendiga!!
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