Niño de lluvia

Hoy como cada noche lo espero,

a la orilla de un espacio cibernético.

En la calidez de una ventana de mensajería instantánea.

Hoy en mi ansias me encierro,

entre mis posibilidades e improbabilidades,

y en la humedad de la lluvia, su recuerdo se hace firme.

Le recuerdo en un verso, o en la canción que susurro,

en las palabras que resuenan en el vacío de mis oídos.

Hoy, como cada noche, se estará adentrando

a una aventura nueva,

se estará enjugando los labios en otra boca.

Estará malgastando besos,

y yo paciente sobre mi lecho...

¿Dónde estarás, dulce cariño?,

¿a quién estarás sonriendo cariñoso?,

¿en la cama de quién dormirás esta noche?.

Y en qué voy a guardar mis reproches,

sin el derecho a preguntarte si quiera un "por qué".

Y, ¿hasta cuando dormirán mis ganas?,

de besar tus labios y rozar tus mejillas,

de guardar tu silencio en la paz de mis ojos.

Y cegar con dulzura tu sed de pasión,

que te mece en la cama de la lujuria,

por tu afán de encontrar al "verdadero amor".

Se te olvidó voltear.

Mírame otra vez,

yo sigo intentando que me ames,

tal vez, una de esas miradas

que apaciguan al mismo infierno.

Léete entre mis versos, mis estrofas,

tu canción.

"Niño de lluvia", por ti perdí la razón.