Aviso que he vuelto después de muchos años ausente.
En el camino de la imprudencia
me encontré con un viandante.
Caminábamos buscando
el horizonte donde se unen
las paralelas lontananza.
El lugar donde el Supremo Juez
espera a todos tras la muerte.
Esa frontera que cruzaremos todos
fatalmente, unos con miedo,
otros confiados a un nuevo
amanecer detrás de los majanos
de un nuevo parto,
inmaterial, fuera del tiempo.
La incertidumbre;
ese tamo de indecisión
que leuda la confianza
y la aniquila, nos condujo a
una sorda batalla de conceptos.
Los hombres somos tan necios…
que no vemos más allá de las narices
de nuestra propia soberbia.
Que todo lo mide y lo sopesa
como si el alma fuera susceptible.
Y Dios, un espécimen de fuerza
comprensible.
Tan ciego fue mi compañero,
como yo torpe, él para comprender.
O yo para entenderlo.
Que antes de llegar a la estación
nos separamos.
Para extraviarse cada cual en su desierto.
Este Mundo de cosas imperfectas,
de humanos procesos defectuosos,
es tan necio; que por eso
piensan los gnósticos que
es obra del demiurgo, mentiroso y perverso.
Ignorando lo que dice la Escritura:
que vio Dios que todo lo que había sido Su factura
era bueno. Y reposó.
Somos los hombres,
seducidos por el diablo,
quienes echamos a perder la perfección
de nuestra tierra.
Si no lo creen; miren al cosmos
que siendo inmenso, Alguien
(que no viene de Sirio, ni mora en un planeta)
con mejor economía que la del hombre.
Que diseñó los Cielos y la Tierra,
los sustenta, los coordina y los moldea.
Los llena de hermosura para asombro
de quien los observa, y escudriña.
Sea un poeta o un astrónomo.
Sea un mago o un profeta.
Por eso, antiguo compañero de camino,
bueno es que sepas, que Dios se encuentra
más allá de nuestra ciencia,
y lo que sabemos hoy es nimio.
Como nimia es nuestra sabiduría
y egocentrismo,
Según la contradictoria definición de nimio,
que prefieras.
- Autor: Carlos Cabonaro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de julio de 2011 a las 17:19
- Comentario del autor sobre el poema: En uno de tantos foros de opinión me encontré con una persona que a ultranza buscaba convencer a los demás de aceptar sus paradigmas. Yo no le hice resistencia, pues me parecía entender de dónde había sacado su información, aunque desconozco hasta este momento qué intenciones llevaba en el fondo. El ponía palabras en mi boca como si contestara por él y por mí a la vez. Por desgracia, antes de poder sacar algo en claro, debido a su altanería me vi forzado a cerrar su ventana por la salud de todos. Aun de su propia salud y bienestar. Es asombrosa la inmensurable dimensión de la soberbia humana, que nubla la razón. Acarreando tras de sí, un fardo de incomprensión y soledad.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 82
- Usuarios favoritos de este poema: Jef, Luis Rayo
Comentarios1
Excelente. Me gustó Carlos Fernando porque en tus palabras se siente la sinceridad y esta es difícil encontrarla. Cuando hablas de la soberbia me gusta más, porque el reconocer que uno es soberbio, es un enorme paso, diría yo, trascendental y es también la gran oportunidad de empezar a cambiar. El que quiere modificar su actitud lo puede hacer. El que quiere escuchar a Dios, lo puede hacer, solo falta humildad y fe y con estos dos ingredientes será un hermoso camino hacia la eternidad, aquí en la tierra y allá en la otra dimensión. Te Felicito mi estimado amigo.
luis
Amigp Luis, muchas gracias por haber leído este poema, y por haber tenido la gentileza de comentarlo, y la sensibilidad para catarlo. Un fuerte apretón de manos, bendiciones abundantes se derramen sobre tu vida, hasta la vista.
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