Las más veces queriéndote, las menos
diciéndome que amarte no conviene;
así, ¡Dios mío!, el corazón me tiene
escuálido entre ungüentos y venenos.
Pues viendo a tus amores como ajenos
mi pecho cautivado se entretiene
guarda que aguarda y ni por cerca viene
su parabién con los augurios buenos.
Valga decir que en cuanto se detiene
también mi alma al extraviar los frenos
-y en yéndose hacia tí- no se previene
de ver si acaso con lo cual, amenos
vendránle tiempos que desencadene
tu pecho amante, de armonía llenos.
Elmer Cortez
- Autor: ElCortez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de julio de 2011 a las 14:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: vincen, Principito, Jareth Cruz
Comentarios1
es un gusto cada ves puedo puedo pasar a leerlo amigo un abrazo
Gracias Vincen, el gusto es mío. Un abrazo y mis mejores deseos.
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