Presiento el momento en que me llevas.
Como besas mi piel y enfrías mi alma,
Con un deseo incontenible de posar en mí, negra mariposa.
Te acercas con una sonrisa triunfante, sin compasión.
Llevas un andar lento y cauteloso…
como el más experto de todos los ladrones...
Eres sigilosa, no tienes deseo de que te vea,
Te asusta la idea de que trate de luchar contra ti.
Sin embargo, tu mente senil no se imagina
Que llevo mucho tiempo esperando por ti,
E incluso me han salido canas verdes en el alma
Sentada sobre esta cama y deseando verte llegar...
Una navaja cuyo sabor es dulce como la miel
Y a la vez tan amargo como la hiel, afronta mis venas.
Tú te aproximas, sin detenerte y cada vez más me helas...
Sabes?... nunca me imaginé que fueras tan bella!
Aquellos, duermen más profundo de lo que lo hare yo.
Ellos pensarían que duermo mientras dejo mi cuerpo…
Te llevas el último aliento, el que me queda si aire…
Te escucho al sentarte en mi cama. Te escucho, me llamas.
Me arrancas la vida con una facilidad indescriptible
Te llame temprano, por fin llegas a “robarla” de mí.
Y sin embargo amiga, confieso, no siento nada!
Debes saber… que hace mucho que no estoy aquí.
- Autor: Peccatore (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de julio de 2011 a las 13:24
- Comentario del autor sobre el poema: A veces tenemos dias, en el que si la muerte nos viniera a buscar... no tratariamos de escondernos de ella, ni de resistirnos.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 108
- Usuarios favoritos de este poema: sofia, Leonardo Gayosso, Jareth Cruz
Comentarios2
Me deja sin aliento el leer estas palabras.
Saludos
Gracias por tu comentario Leonardo, me agrada que te guste mi poema. Un abrazo.
la fuerza del pirucho! me quede sin palabra
Hahahahaa. Que bueno que te guste!!
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