El jinete está muerto, asesinado por las manos poco visibles de mi memoria. Aquél día levante la mirada y lo ví. Estaba sobre su caballo que tenía el cuerpo y el semblante duro, tal vez demasiado. Iba galopando sobre un mar de tiempos y distancias, los cascos del ruano seguían el ritmo. Trataban de alcanzar la luna mientras se quedaban inmóviles.
- Autor: Segrob ( Offline)
- Publicado: 25 de julio de 2011 a las 22:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Maria Delgado
Comentarios1
Excelente poema.
Muchas gracias =)
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