Me han dicho que nací
a finales de julio pero no lo recuerdo,
que lloré a los tres días,
que me dieron
un baño con esdrújulas y jabón de lagarto
pero no lo recuerdo
la verdad
es que sólo recuerdo que al perder a la madre siempre quise
prender fuego a la lluvia,
que me hacía más frágil la mirada del otro,
que eran lejos los mares
y en octubre
lloraban las perdices
ahora tengo una edad en la que hablar del pasado significa
prescindir de lo erótico,
una edad
en que no me redime el sufrimiento ni el dolor de un orgasmo,
pero sigo creyendo que a pesar de que existan los teoremas zoológicos
aún podrían plantarse
naranjales de junio en el desierto
que sería posible
despertarse algún día en la niñez absoluta
de un mundo menos malo.
- Autor: Vicente Martín Martín ( Offline)
- Publicado: 6 de agosto de 2011 a las 07:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: Libra *M*, Melba Reyes A.
Comentarios2
Sí mi querido amigo, no te quepa duda que aún es posible plantar esos naranjales de julio en el desierto.
Excelente y emotivo poema Vicente, no es posible prender fuego a la lluvia pero si lavarse con ella.
Petonets,
Dolors
Gracias, Dolors. Un beso para ti.
Naciste y falleciste a finales de julio. Dejaste un inmenso legado poético. Se te extraña.
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