Un agujero minúsculo, apenas un capilar bajo la tierra
y cien, mil, un millón de insectos negros
escarban y se afanan creando y deshaciendo hileras,
interminables filas entre tallos de hierba.
¿Llueve? Simplemente riega un jardinero
y las gotas parecen mundos estallando
alrededor de los seres inquietos, todo patas y antenas
alrededor del hormiguero que el barro tapona.
Su mundo de dos dimensiones no ofrece disculpas
ni explicaciones. Las hormigas son arrastradas por el agua
y las supervivientes entrechocan con terror sus antenas
quizá esperando aplacar con sus ritos
al dios de la lluvia que las mata.
¿Cómo podrían imaginar que además del ancho y largo
existe un alto.
¿Cómo imaginar la existencia del jardinero que maneja la manguera?
Ese hombre que acabado su trabajo
recoge su chaqueta y emprende camino a su casa
y mientras marcha por la calle levanta la cabeza
y dice mirando el cielo:
“Dios quiera que esta noche no llueva”.
- Autor: Hombre Sin Pulso (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de agosto de 2011 a las 07:19
- Comentario del autor sobre el poema: Acaso todos seamos hormigas.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 101
Comentarios2
PLACER LEERTE , STELLA
Un poema que habla de otras cosas ( no solo del amor vive el hombre). Me ha gustado mucho, es casi un cuento en el detalle. El autor es un observador y amante de la naturaleza. Bien.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.