Mi sombra se despedazó en el suelo,
formando aviones de papel en mis pies.
El piso se derritió y el aire me supo a sequía.
Lejos quedó el caparazón de piel,
mi esencia descalza inundó el universo.
Los ríos llevaban paz en sus espaldas,
las piedras comían nubes de silencio.
De la tierra nacían palabras sin espinas,
y bebí de ellas para ser otra vez humano.
Comentarios1
Upssss, ya me había puesto contenta, me dije: me dedicó el poema, jajaja, mi apellido es Gea.
Muy bueno, esto sobre todo:
"...Lejos quedó el caparazón de piel,
mi esencia descalza inundó el universo.
Los ríos llevaban paz en sus espaldas..."
Un abrazo enorme
jajaja pues puedes tomarlo así entonces, la poesía no debe tener dueños y fronteras. Es mía , es tuya y de quién la quiera leer
Al igual que nuestra Gea.
Saludos 😀 un abrazo para ti tambien!
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