La verdad
es que estabas un poco confusa aquella noche y repetías
la canción de verano sin saber en qué idioma
estaba el estribillo,
i love, me dijiste
y aunque fuera la frase más gastada del mundo
te creí:
yo tampoco
fui consciente del todo y al momento ya estábamos
comiéndonos los labios mutuamente
te quiero, repetiste
y ahora sé que fue entonces cuando supe que tú eras
ese tipo de chica que no lleva aspersores en las ingles ni se pone en la siesta
dibujos animados,
ese tipo de chica que no sale en la tele violada o con los labios
hambrientos de planetas
y sí, lo digo en serio,
desde entonces
no tuve que romperme la cabeza imaginándome
la mujer de mis sueños,
existías
y eras sexo sin sexo y en tus ojos dormían los oasis
de todos los colores,
eras tú y al mirarte los minutos tenían ciento veinte segundos
cuando a mí me sobraba con un solo
instante de tu vida
y aunque el tiempo ha pasado y ya no pinta
crucigramas el viento
te repito:
junto a ti se me hace muy dulce cumplir años
porque antes de ti yo no existía
y contigo
ya no temo a la muerte.
- Autor: Vicente Martín Martín ( Offline)
- Publicado: 14 de agosto de 2011 a las 05:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 134
- Usuarios favoritos de este poema: Melba Reyes A.
Comentarios6
Ya sabés como te admiro!
Un gran abrazo
Es posible (es seguro) que en mi caso no sepa que lo admiro. Pero, sépalo ahora: ¡ Lo admiro mucho!
Gracias, Grettel. Encantado. Mi abrazo para ti.
"ya no temo a la muerte" Ya no hay por qué temerla.
Vuelvo siempre a releerte y me resulta increíble que ya no estás en este plano.
Tus magníficos y maravllosos versos perduran. Toda mi admiración donde quiera que estés, mi muy querido poeta.
"y aunque el tiempo ha pasado y ya no pinta
crucigramas el viento
te repito:
junto a ti se me hace muy dulce cumplir años
porque antes de ti yo no existía
y contigo
ya no temo a la muerte."
La muerte te ha arrebatado pero sigues viviendo en tu extensa y magnífica obra poética.
Recibe donde estés mi inmensa y eterna admiración.
Siempre vuelvo a la magnificencia de tus versos, a la magia de tus palabras.
A tres años de tu partida.
Vuelvo siempre a la magia de tus versos. Sigues viviendo a través de ellos, maestro inolvidable.
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