VEN, toma mi MANO

VEN, toma mi MANO:



Ven, toma mi mano, vamos a caminar como de niños hacíamos, con una sonrisa dibujando nuestros labios, reviviendo a cada paso las huellas del tiempo que dejamos plasmadas en tantos lugares, donde nos detengamos un instante para poder recordar, esos pequeños detalles por trazos inocentes en troncos de árboles y piedras, en honor de los buenos amigos que éramos, los mejores y más sinceros del mundo, que casi parecíamos como hermanos de sangre, por lo bien que nos llevábamos, compartiendo juegos y saliendo juntos a todos lados...,

Ven, toma mi mano, para sacarte un momento de la soledad en la que te encuentras sumida a la cama, lamentando lo que somos a lo que pudimos ser, si hubiéramos sabido evaluar lo ocurrido, para luego aplicar lo aprendido por nuestros errores, todos estos años, juntos, mira que tanto a ti, como a mí, nos conviene francamente correr la cortina de la ventana de esta vida, para ver salir el Sol y escuchar los pájaros cantar nuevamente sus mejores canciones de amanecer al despertar y quizás, porque no decirlo, nos miremos fijamente a los ojos una vez más, notando nuestra querida presencia olvidada, frente a frente...,

Ven, toma mi mano, dejemos que la piel desnuda hable al primer contacto, lo que nuestras bocas resecas, falto de besos salvajes, no se atreven a decir, por miedo a equivocar los sentimientos encontrados, pero que miradas esquivas de un ayer glorioso, delatan de por sí, de un amor cautivo que se niega a morir en la oscuridad a pesar de todo lo vivido y sentido por la ausencia de sutiles caricias para un alma abandonada en las tinieblas de una noche, que llora y llorar sin cesar en silencio, por las amargas penas sabidas en la distancia, al no lograr nunca tener, paz y orientación...,

Ven toma mi mano, hagamos historia inédita de triunfadores al andar, no permitiendo que como perdedores caídos en desgracia, otros la escriban por nosotros a su mejor conveniencia para contarla, dejemos que los anhelos sinceros forjen los sueños en un mismo camino, para que florezcan esas divinas ilusiones buscadas en el horizonte, debajo de ese arcoíris llamado felicidad, con sumo bienestar de salud, para este amor querido y sagrado, del cual, también nosotros nos lo merecemos, para disfrutarlo en total armonía, con un beso y una flor, amando a plenitud...,

Ven, toma mi mano, sin que lágrimas jamás vistas del pasado, hoy importen como razón por existencia, haciéndonos sonrojar pensando que donde hubo fuego por pasión ardiente en ansiados brazos, sus cenizas puedan quedar aun humeantes, divisándose su llamado indiscreto, reflejado en nuestros ojos desde aceras opuestas, donde nadie es profeta en su tierra y mas, si antes fue unido por Dios frente a un altar, de cuerpo, alma, vida y corazón, dándose el más importante de los besos, ese que quema los labios bendecidos, sellándolos a un mutuo destino, para siempre.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 17082011 09:30 PM.