Ay… ¿En qué me he convertido, vida mía?
Que siendo tan feliz que no me dejas
ni respirarte, ni endulzarte la mirada,
me paseo feliz entre tus brazos
ricos de amor por ti
triste infeliz por nada.
No entiendes bella imagen que me aguarda,
que contigo soy tan tú que ya no existo;
que soy tan feliz que ya no guarda
dolor mi corazón tuyo y ardiente
que gime placer por ti
y canta al dolor por nada.
Cómo esperas que te escriba poesías;
cómo quieres que acumule madrugadas;
como esperas que camine taciturno
si siento este amor por ti;
si siento tanto placer aquí
que el llanto no dice nada.
Ay… eres fiera mariposa
que en mí se posa y emana
dulces cantos fervientes del deseo
que me alejan de mi vivir;
que firman muertes por ti
y yo ya no digo nada.
Tantas horas pasadas en penumbra;
tantos versos escritos en la almohada;
tantos otoños contigo que no asuntan;
tanto belleza nuestra, tanto abril,
que ahora que soy feliz
ahora no digo nada.
No entiendes amante curiosa,
curiosidad mía y entraña,
que ahora si parto sin ti,
cuanto más me alejo de aquí
infiernos me cuesta vivir
y yo, sin ti no soy nada.
Tantos viajes que mi vida ha conocido;
tanta tristeza mía que hoy no es nada;
tanta belleza perenne;
tanta flor muerta, tanto olor;
tanto tanto sin ti
y hoy, sin ti no soy nada.
Hoy querrás que te escriba poesía;
hoy querrás mi aliento en la ventana;
pedirás las pruebas del deseo
mas nunca saldrán de mi
Pues sólo te puedo decir:
Sin ti, ya no soy nada.
- Autor: Vicente Ferrer (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de agosto de 2011 a las 21:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 299
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