Sé de una fina lluvia
que puede cubrir tu rostro,
no lastima, al contrario,
su suavidad agrada cada poro.
Sana heridas que dejaron años atrás,
cada gota penetra hasta donde dejaron dolor,
y se vuelven anestecia,
calman cada grito desgarrador...
Ésa fina lluvia puede hacer que cierres los ojos
sin tener pesadillas y
también puede ayudarte a olvidar los malos recuerdos,
a que a tu mente ya no lleguen pensamientos dolorosos.
Y al final de su precipitación, al salir el arcoiris,
verás aún más bello en él cada color...
Comentarios1
Has poetizado la tristeza, pero también la esperanza.
La analogía, o mejor dicho, la metáfora empleada es bellamente lírica.
Esa ilustración del arcos iris es perfecta para el poema.
Besos de chocolate, Meny preciosa.
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