¿Quería escribir, pero el qué?
¿Sobre qué?
¿Tengo tanto para contar!
Si fuera un poema lo escribiría basado en el amor, o en el cariño, o en tristeza. Pero no. Difícil poner en palabras el torbellino de sentimientos, que como una tempestad asalta mí interior.
¿Por dónde empezar? Por mis días bajo tiempo invernal, sin poder ir junto a ti, esperar-te a la salida de tu empleo, coger tu mano y ir a tomar un café, hablar con tiempo de nuestras vidas, del día a día, de nuestros deseos, de lo que queríamos tener o hacer.
Yo poco puedo decir no tengo ilusiones, mejor dicho tengo muchas, tantas!
Pero no tengo derecho a decirlas.
Mi sitio no es junto a ti, por razones fuertes in transponedles, porque tienes tu vida hecha.
La mía es un querer sin poder, una espera que me quita la serenidad, porque no puedo hacer nada.
Pregunto mil veces, el porqué de te haber conocido, que mal he hecho en mi vida, para ahora en vez de tener paz, sufrir por ti.
Incertidumbre tremenda.
¿Será que me quieres?
¿Será que me aceptas?
¿Será que no te importa mis cicatrices?
¿Será que no te importas de mí piel ya con marcas del tiempo?
¿Será que no te importas de mí pecho un poco decaído?
¿Será que no te importas de mis pequeñas manchas?
¿Será que serias capaz si tuvieras oportunidad de vivir conmigo?
Por estas incógnitas me canso de pensar.
Así paso mí tiempo esperando oír el timbre del móvil, leer tus mensajes y sonreír. Por la noche aun que término de verte e escribir en la Internet deseo tu mensaje. Pero es una manera triste de vivir. Si puedo decir que vivo.
Unos días te quiero te siento muy cerca de mí, otros tengo un dolor inmenso porque no estoy segura de nada, así es como hago de cuenta que vivo.
Daria todo para poder estar contigo, para amarte, pero también tenias que sentir amor por mí.
Y así estoy perdiendo mí salud, con estas dudas, con la necesidad de saber, la verdad.
No te acuso, nada me hiciste de malo, solo me has dado esperanza, cuando estaba en el fondo del pozo de sufrimiento. De cómo va a terminar y cuando?
Si por lo menos pudieras quitar un poco de tiempo para mí!
Acuérdate que estoy sedienta de vida, de cariño, no sabía cómo era, tú me enseñaste, ahora que hago?
¿Me marcho para muy lejos? ¿Y intento olvidarte? ¿Dejo que mí tristeza me coja e me haga una sonámbula a secarse, cada día un poco?
Al cielo pido fuerzas, a ti ayuda, sin molestarte y sin remordimientos, por me despertares para la vida.
No sé si te diga adiós o que te espero. Aguardo perdona, pero te quiero.
Carminha Nieves
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