Incesante noche entra por la ventana llega, al espejo,
ahí miramos su sombra, la delata su reflejo,
convirtiendo el tiempo en un abismo,
que se vuelve nuestro amor y a la vez uno mismo.
Lo vivimos con imágenes bellas, bajo un cielo silencioso,
llenos de besos, caricias, no tiene reposo,
un amor real, verdadero, ninguno igual, nacido de lo más profundo,
desde el interior de nuestras almas, realizando nuestro mundo.
Caminamos por debajo de un viejo molino,
hacia nuestro hogar, como siguiendo nuestro destino,
nos regalamos tiernas miradas,
siguiendo la luz de la luna que las nubes atravesaba.
Caricias que anteceden el amor sin medida,
camino a nuestra habitación comienzan,
dejan a la pasión esperando y encendida,
¡Quiero amarte toda la noche mi vida!
Llegamos a nuestra hermosa casa,
lejos de la ciudad, en el bosque apartada,
escondida bajo el cielo, en la noche eterna sosegada,
por los vientos nocturnos levantada.
Entre las sombras de nuestro hogar la pasión se abre paso,
aprovechando las últimas luces del ocaso,
mientras se perdía la calma y poco a poco en nuestros corazones ardía,
es nuestra la noche, para nosotros dos niña hermosa mía.
Nuestras almas, mutuamente los sentimientos se exploran,
caen en la sensualidad bella y tentadora,
que hace momentos dormía en el prado,
se despierta, entra a nuestra habitación al final del ocaso.
Cae el alba y las estrellas revela,
llega la noche que con nuestro amor sueña,
el amor gobierna todo y la luna lo deja,
noche recostada en las nubes, tierna, feliz sueña.
“El amor baja a nosotros con sus promesas, como lo hace cada noche, a nuestra alcoba siempre regresa, nunca hay un momento que exista su ausencia, amor que en lienzo y pinceladas fuiste concebida, amor que a la noche y al tiempo paraliza.”
- Autor: Geovani ( Offline)
- Publicado: 28 de agosto de 2011 a las 03:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 86
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