Sabes que hay un fondo
Lo percibes, lo sientes.
Te encierras en él,
te apoderas de su silencio.
Las sombras,
esas que se amañan por doquier, son una cárcel de palabras que nunca se dijeron y están cosidas a las paredes, pero nadie las puede despegar Rostros que nunca viste cuelgan de las manijas de las puertas, asechándote, como barómetros que miden emociones, Y se alimentan de angustias y desesperanzas También hay recuerdos, los hay por doquier.
Ladridos de perros fallecidos ya hace tanto,
Fotos de amigos que en la distancia te acompañan.
En un rincón,
donde cualquiera puede verlos,
los egoístas y los idiotas se retuercen en sus cárceles de tiza
Y siempre que los miras te preguntas : ¿Existirá alguna posibilidad de borrarlos?
Pero ya sabes lo que dicen ,
los errores son siempre indelebles al agua
En la superficie del mundo,
disfrazada de humanidad,
Sumergida en lo superfluo y tan vano
de la modernidad,
Los animales que razonan
se preguntan por qué te agarras el pecho
cuando miras al cielo y anuncian las nubes una tormenta
Será porque ellos,
Cegados como se encuentran,
intoxicados por
el deseo de poseer el futuro,
no entenderán nunca el dolor de recorrer,
a solas, las calles
otrora
entrelazadas de aplausos y sonrisas.
Será también
porque cada quien tiene su propio fondo,
y algunos hasta se olvidan de mirarlo.
Por ejemplo,
Hay quienes los tienen podridamente desecho ,
Y hay también
a quienes les hierve de espumas y besos.
En cuanto al tuyo,
Al tuyo le sobran las metáforas de hielo.
Le faltan pinturas de besos y amores baratos, de esos que todo el mundo sabe comprar.
Pero tu nunca entras a esa tienda,
por temor a que se te pegue la mugre en los zapatos,
Y de todas maneras,
ésta siempre te espera para pegarse
en los lugares en los que menos te imaginas que la vas a encontrar
Puede ser que también
te haga falta un felpudo
para que se echen dos amantes
cansados de caminar la vida ,
y hablen y hablen sin cesar,
y se pierdan en los ojos del otro,
en su respiración, en sus labios.
Aunque no, pensándolo bien,
eso tampoco te falta.
Ya sé,
a ti lo que te hace falta,
mejor dicho,
a tu fondo,
que es también tu tema y tu santuario;
es una ventana para mirar al pasado,
para olerlo y palparlo,
con la esperanza ingenua
de redimir lo irredimible,
de rescatar lo tan perdido.
Y si eso tampoco es lo que te hace falta,
Entonces estás completo, y recuerda que no es más sino que tengamos todo, Es decir, que nos sintamos “completos” Para que aparezca alguien dispuesto a quitarnos,
dañarnos, rasgarnos, herirnos y hasta a amarrarnos
Y si esto es así como te digo
Te hará falta,
Entonces,
esconder el fondo en lo más profundo de tu alma,
Cubrirlo con sonrisas, abrazos y besos actuados.
Visitarlo de noche,
cuando ya nadie pueda verte soñando
Porque hasta por soñar mueren inocentes todos los días
Si además
no quieres que te contaminen,
Que te dañen, te rasguen, te hieran y te amarren,
Más te vale no contarle de tu fondo a nadie.
Camuflarte con los otros evasores,
Hacer como si nunca hubieras visto dentro de ti.
Porque no hay nada más humano que detallar lo que está siempre afuera
Y olvidarnos de la llama que nos quema por dentro.
- Autor: Christine Dollanger (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de agosto de 2011 a las 01:09
- Comentario del autor sobre el poema: Los seres humanos nos pasamos la vida pensando en el futuro, acumulando, adquiriendo, soñando tonteras; y siempre olvidamos mirar hacía dentro de nosotros mismos, hacer un recuento de lo que tenemos guardado allí, en lo más profundo de nosotros. Llamese como quiera llamarse. Siempre he pensando que un autor nunca termina sus escritos, los abandona; pero yo el mío no lo he abandonado, simplemente lo someto a ustedes. Espero les guste
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 69
- Usuarios favoritos de este poema: Blancalina67
Comentarios1
Disculpen el formato de publicación, pero no hubo poder humano capaz de arreglarlo
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