¿Quieres detenerte un momento?
Entonces gracias por ello,
Hoy quiero decirte algo
Que siempre he llevado dentro.
Mi madre la mujer santa,
La que la vida me dio
En aquella ocasión lloró
Como no ha llorado nunca.
No teníamos ni un centavo
Ni alguien que nos ayudara,
Mi pequeño hermano enfermo
De la fiebre deliraba.
Yo solamente lo miraba,
Lo miraba tristemente
Como su cuerpo sufría
Y sufría dolorosamente.
Le pregunte a mi Madre,
¿Qué hago?
Y Ella me contestó llorosa,
-No tengo más ni otra cosa
Que vender el crucifijo.
Yo lo tomé en mis manos
Y fui a buscar comprador
Lo vendí al mejor postor
El que me dio más dinero.
Me fui a la casa pronto
Pensando en llegar luego,
Mi Madre estaba llorando,
Mi hermano ya estaba muerto.
Yo siempre he creído en Dios,
Mi madre siempre nos dijo;
Para que les vaya bien,
Recen siempre por los dos
Y besen el crucifijo.
Ahora que ya no la tengo,
Solo me queda rezar,
Por mi Madrecita orar,
¡Sin besar el crucifijo!
- Autor: JESUS RAMIRO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de agosto de 2011 a las 14:43
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 562
Comentarios2
Ñadejara!!!!!!! cuan doloroso el poema.....me ha llegado al corazon
Saludos cordiales
Carmen
Carmen:
Saludos, acompañados de mi agradecimiento por tu bello comentario.
Un abrazo.
Jesùs Ramiro
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