Llegas como una enredadera de doble valor, por los pasillos sin ángulos del viento, mientras éste se devuelve a ocupar tu lugar con sus zapatos invisibles. Estas donde yo estoy, con tu voluntad estacionaria, como una primavera que acribilla los inviernos desde marzo. Llegas, provienes de tu ausencia como una esfinge hecha con ladrillos de mi barro, en las maderas entusiastas de los árboles que trabajan mi oxigeno, en las piedras y su memoria irrompible, en el agua y su ambición de imperio, en su ejercito de gotas intencionalmente diminutas. Llegas…
LRL
31-8-2011
- Autor: Leandro Rodríguez Linárez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de agosto de 2011 a las 15:42
- Categoría: Amor
- Lecturas: 37
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