Esperando tu llegada.

Cae fuera la lluvia incesante y helada,

estoy esperándote sobre mi cama,

impaciente, esperando tu llamada,

caminando de cuando en cuando, con el alma desesperada.

Quiero que a mi lado llegues,

antes de que el agua caiga con más fuerza, no como lluvia leve,

¡Amor mío! Quiero que por esa puerta entres,

de un momento a otro no dudará la lluvia en más fuerte volverse.

Ansío tu presencia a mi lado, como cada noche cuando duermes,

la desesperación me toma en sus garras, conmigo quiero tenerte,

no quiero que cambie nuestra rutina, no quiero una noche diferente,

no quiero estar sin ti un momento más, mi vida, ya vuelve.

Estoy escribiendo un poco, en un momento termino,

miro el reloj, aún no llegas, es tarde y hace un poco de frío,

te extraño mi amor, regresa a la misma hora de siempre,

que te hecho de menos, yo, el techo y también las paredes.

Hace mucho viento allá afuera,

no amaina ni un poco la tormenta,

a cada momento toma mayor fuerza,

cayendo en los tejados de las casas viejas.

Cae el agua fuerte como cataratas,

y yo sigo esperándote mi amor aquí en nuestra casa,

me acerco, para ver la calle desde la ventana,

no se ve ni tu sombra, ni mucho menos tu cara.

Preparo un poco de café mientras como una manzana,

me siento en la silla y rechina, es un poco vieja hemos de perdonarla,

quiero salir a buscarte a la calle o al menos mirar a la terraza,

no puedo porque el agua no me deja, mis pensamientos me hablan.

Creo escuchar tus paso por el corredor mi vida,

me alegro, soy tan feliz, la mesa ya está lista,

espero que abras la puerta, casi brinco de alegría,

escucho en la ventana como se recarga la brisa.

Se abre lentamente la puerta, la luz entra por la orilla,

me levanto a tu encuentro, se abrazan nuestras almas como una misma,

te beso, y te hago entrar a nuestro hogar a salvo del agua,

te quito el abrigo, y te doy para que te seques toallas blancas.

Salen hermosas y tiernas palabras,

llenas de amor, las que necesitaban salir cuando estaban encerradas,

no resisto tu ausencia, incontrolablemente te beso,

acaricio tu rostro, un poco frío, mientras seco tu cabello.

“Se terminó, con tu entrada, el escalofriante silencio, escucho tu voz, ya no el movimiento lúgubre de los abetos, te estaba esperando mi amor, mientras me llenaba de horror el viento, por tu ausencia casi lloraba, sin embargo, la esperanza de que llegarías iba creciendo, no quiero pasar una noche sin ti mi amor, quiero ser parte de tus sueños, quiero que estés eternamente a mi lado, juntos, amándonos, ser nuestro propio tiempo.”