Pobre caperucita no era roja
Era coja de una patita
Y pobre el lobo feroz
Que no era feroz
Era manso cual ovejita
Y pobre la abuelita que enviudó
Y quedó solita
Con una tremenda pensión
Y pobre el cazador
Que era un ladrón
Que venía a robar cositas
Y pobres hermanos Grimm
Y el primo de ellos peor
Andaba sin calcetín
En pleno New York
Y pobre el pork
Que era un puercoespín
En este cuento sin fin
En donde todos son pobres
Hasta el pueblo de Hamelín
Que no tenía un doblón
Para pagarle al flautista.
Que no era flautista
Era un vulgar señor
Que aprovechó la ocasión
Para ganarse un Florín.
(Descanso)
Y pobre el arlequín
Que quedó esperando a Godot
Y pobre el argot
De Monsieur Peluquín
Que vivía en París
Jorobando a Margot.
(Jadeos)
Y pobre de mi
(Asfixia)
Y de mi corazón.
(Ahogos)
Y mandandirundin
Este cuento se acabó.
(Colapso)
¡Crunchhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Comentarios3
Que pícaros versos, teñidos de un suspicaz humor.
Ha sido un gusto, relajarme contigo.
Bendiciones.
Jaajjajajjajajaj! ¿Lobo o cazador? ¡Jajajjajajja!
Muy simpático, como tu Boni.
Besitos de la pobre Pinonita
me gustan mucho las onomatopeyas que uilizás en los poemas, y esta vuelta de tuerca de Caperucita es notable
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