Cuando entraste la luz
se consumía en mis ojos solitarios,
y las paredes me hablaban del calor;
la lluvia avivaba el tejado,
lo hacía sobre mi piel injerta en las alturas,
cuando me volví era temprano
y sin embargo ya corrías
por aquellos senderos
bordeados de lúcidas crepusculaciones,
pudo aquella tarde devolver los cristales disueltos
en lechos sepultados e hierbas húmedas pastadas,
devolverlos a nuestras ventanas,
para despertarlas al aroma del encuentro ,
al fulgor de la proximidad,
a la miel de tus primeras palabras,
pudo el valor del instante,
comunicar aquellas extraviadas voces,
hundidas en la intimidad del pequeño mar purpureo,
agitarlo como si se nos acercara a murmurar la belleza,
llevarlo hasta los cantiles mas cortantes y tornarlos suaves....
entonces toda la claridad que hube recogido
a las noches mas agónicas se me escapo en tu rostro.
lo tome sin tocarlo,
como adormecido en la simple sonrisa
de una niña que se alborea
al descubrimiento del valle
donde florece noche a noche los lotos en tu almohada.
los respiré desde el horizonte que se me quebraba en tus parpados,
saliendo sin azules extintos al cielo inhiesto de nieblas.
fui así al rio sagrado del que beben los vértices,
para reconocerte en las hojas
que traen del fondo la cristalinidad de la tierra.
y comprender en sus vibras
la exquisita voz que emite lo penetrable
cuando a la simplicidad brota..
llegamos a lo lejos sin omitirnos
lo vulnerables al dolor emanado por el mundo,
llegamos a la cercanía del contacto
en sueños de esencias,
para conocerlo sin ritos en la humildad
de nuestras manos
nuestros sueños, nuestros besos,
para apretarlo en la brevedad desprendida del mutuo hallazgo
reflejado al te y a la espuma del lúpulo, .
esa noche me sorprendió mudo
en un salón dormido a la alegría,
pero te había encontrado.
luego, nos dejamos a pasos muy distintos,
respondiendo a la naturaleza
que entonces vimos distanciada,
se alejo tu pelo,
mas allá del viento racional que inspiro la promisora ausencia ,
se alejo tu mundo hacia su habitual orbita,
tal vez cambiando de colores,
tal vez creciendo en pensamientos de oro...
ahora mis pestañas se mojan en el mar interno
que la sensible fuerza de este sentimiento exprime,
y solo se derrama un par de gotas,
ahora que te he hallo soplando la hoguera
no llego al calor de tu cuello
ni huelo la feminidad del ocaso,
ahora es siempre un corazón libre de latidos bruscos,
ahora es como tus labios pronunciando mi nombre al vacio
que lo vio nacer
y desincorporarse sin magia
ahora vive mi dulce amor al eterno sigilo de tus pupilas.
- Autor: Isaac Amenemope ( Offline)
- Publicado: 8 de septiembre de 2011 a las 01:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 73
- Usuarios favoritos de este poema: Isaac Amenemope, Marellia
Comentarios2
Tu poesía es un delicado filigrana de imagenes, sentimientos que tejes en bellas palabras,.
La imagen acorde al entorno por el que transcurre ese maravilloso tiempo de vivir .
Un beso
Marellia
Bella y Fiel seguidora que no hace que muera mi palabra!!
eternas bendiciones desde el cuarto cielo.
es una horda de sentimientos encontrados infinitamente sensibles, dentro de la vida siempre es indispensable el tiempo y que no deja morir la infinita verdad......
un Beso de ALma para ti, mi bella!!!
Sin premura te dejaste llevar por el cause...de lo insondable..
Bello poema amigo!!!
Un abrazo
OH!! Velana, un cauce incrreiblemene lleno de sueños y versos!
Gracias infinitas!!
Un Abrazo de Luz!
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