(Intitulado LXVIII)

Enorme, tu beso se quedó en mi cielo, parece una estrella fugas con temor a despedirse, está aquí tu beso, en la lluvia como ejército diminuto de océanos pacíficos, de ataque fulminante o de atlánticos imantados. Tu beso se quedó en la brisa como un faro alucinante, como una estela que incendia el aire, como los castillos en los pétalos de un clavel fantasioso. Sí, tu beso, se quedó, le puso grilletes al tiempo, zapatillas de baile a las agujas del reloj. Tu beso, un asta que llega a la luna de noche e iza al sol en el día, con el fuego de las civilizaciones de tu boca. Tu beso, relámpago en la oscuridad de mis parpados, brevedad en la que Dios desea duplicarte… tu beso, enorme.   

LRL

8-9-2011