Salí a conquistar la soledad
con ramos mustios de tristezas,
yendo por el camino: (justo a la mitad)
me detuvo una princesa,
de bellísimos ojos encantadores,
y raros labios de amapola;
y al fijarme en sus labios tentadores,
me arrastro a sus pies como una ola.
¿Quién como la soledad espera
mientras yo disfruto las ilusiones?
¡Y en esperar no se desespera,
porque a ella me llevan las traiciones!
Soledad perdona mi desvarío,
ya que esta ilusión detiene mis pasos,
pero hacia ti llegare en mi hastío;
a buscar el refugio de tus brazos,
que tienes para mi abierto,
con el aroma de exquisitos olores,
y cuando vea que nada es cierto,
a ti volveré con mis mustias flores.
- Autor: David Goya ( Offline)
- Publicado: 9 de septiembre de 2011 a las 11:29
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: la negra rodriguez, REGHINO PIGUAVE
Comentarios5
siempre volvemos a la soledad, amante fiel, bondadosa...
pues si mi amigo los amores son solo sueños y su despertar es la amargura de una triste realidad.
la unica amante compañera y fiel es la soledad
Precioso , es cierto la soledad es nuestra morada y nuestro terno huesped.
besos.
Recuerda quedamos para el pròximo sabado en la tarde, dime donde te parece mejor.
usted solo digame porque yo no conozco mucho de la ciudad usted debe saber donde es mejor yo solo ago es ir mi querida negrita
Excelente poema amigo, de grancalidad. lo recomendarè
Un abrazo.
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