Ahí estas en la cruz, con los brazos en el madero
dispuesto a recibir todo, regalando un “Te quiero”
contemplando mis miserias, caminando mi desierto
en silencio, sin palabras, me invitas a tu encuentro
Ahí estas en la cruz, con los pies bien clavados
caminando seguro, estando, no huyendo
amando a la distancia, abrazando el sufrimiento
que a mi me lastima y a veces me da miedo
Ahí estas en la cruz, con las espinas del sin sentido
con la sangre derramada, con el cuerpo dolorido
que enciende esperanza, es luz divina,
ilumina mi alma, enriquece mi vida
Ahí estas en la cruz, con el rostro desfigurado
de entrega gratuita, liberando del pecado
invisibilidad de amor, que se llena de alegría,
misterio de resurrección, me devuelves armonía
Ahí estas en la cruz, con el costado abierto
fuente de agua clara, fuente de agua viva,
núcleo interior que limpia y purifica,
bondad paciente, que se dona y no mezquina
Ahí estas en la cruz, ¡OH! Corazón apasionado
con la cabeza reclinada, tan libre, tan manso
la hora llega lentamente ,sin ningún aviso,
solo estamos tu y yo, en esta casa, en este sitio
- Autor: Richard Danilo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de septiembre de 2011 a las 09:53
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 104
- Usuarios favoritos de este poema: Danilo.
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