Aún recuerdo esa pequeña semilla recién sembrada
La planté en mi jardín maternal
Y poco a poco echó raíces en mi corazón
La regué todos los días con una dosis de amor
Mientras yo observaba como cada día crecía
Se alargaba su tallo de inteligencia
Y se abrían sus pétalos de sencillez
Crecían sus hojas de habilidades;
Cada día su hermosura aumentaba más
Con el tiempo se convirtió en la flor más hermosa,
Según mi impresión
Y mi jardín maternal parecía lleno de su elegancia
Había días en que el sol brillaba sobre sus corolas
Y las hacía relucir, radiantes de felicidad
Había otros, sin embargo, en que el rocía las cubría de lágrimas
Y yo corría a secar las gotitas de tristeza
En el verano, ella convidaba de su polen a las abejas amigas
En otoño, el viento le acariciaba con suavidad
En invierno la lluvia escurría por sus hojas verdes
Y en primavera ella lucía su vestido más refinado
Y aún recuerdo esa pequeña semilla recién sembrada
En mi corazón de madre primeriza
Regándola todos los días con una dosis de amor
Y una pizca de ternura
- Autor: Maggi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2009 a las 14:02
- Comentario del autor sobre el poema: Por mucho que crezcamos, por mucho que cambiemos, por mucho que nos independicemos de ellas, para nuestras madres siempre seremos ese bebé que tuvieron en sus brazos, que creció como un pequeño gran milagro dentro de su viente durante nueve meses; aquél milagro que, sin querer, cambia la vida de una mujer para siempre.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 1160
- Usuarios favoritos de este poema: Violeta
Comentarios2
MADRE UNA SOLA............... DAN TODA SU DOSIS DE AMOR..... SIN ESPERAR NADA A CAMBIO.............MUY LINDO Y TIERNO POEMA
bellisimo.el amor de una madre nada puede reemplazarlo.
te felicito por tan lindo y tierno poema
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