Me acuesto con una daga en la frente
que escupe sangre con sal,
que escupe mi nombre.
Los días se me hacen polvo
en la palma seca de mi mano.
La noche se derrite de a poco
como una paloma de cera en llamas.
Yo no quiero los pies
para llenarlos del barro del recuerdo
sino para beberme la tierra
paso a paso.
- Autor: Jef (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de septiembre de 2011 a las 01:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Alejandrina
Comentarios3
con tantas dagas has de quedar muy herido...
jaja no no, los pensamientos a veces son dagas que se desangran a si mismos pero no siempre hieren.
Saludos
practicales transfusiones!
ohh, que metáfora tan genial,
entonces,
sí sin pies,
y sólo la tierra liquida,
sería hundirse,
sería padecer bajo
el amparo
en ausentes toques de mar...
ooooooo.--.
Gracias!
caminar, no solo por el hecho de estar vivos o superar recuerdos sino... para avanzar siempre hacia adelante!
Saludos...
Sigo aquí amigo .. hoy he aprendido cosas nuevas y me encanta .. un abrazo amigo .Ale.
Agradezco que sigas aqui amiga!
Genial que te pases por mis letras
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