Se viste rojo

Y es dulce, milagrosa

Tan bella, húmeda tan natural,

Como esa flor recién cortada.

Tan fresca es ella,

Va dejando una en mí su huella,

Sellada con sus labios,

Marcada por sus anhelos.

Es que es tan delicada,

Que va comiendo de poco,

Sin premura con recato,

Cada espacio de mi cuerpo,

No deja rincón de mi alma vacío,

Me escombra hasta el delirio,

Todo lo llena con su suave rocío,

Todo...

Me ama por que si,

Tan roja,

Y al mismo tiempo,

Baja sencilla en esta locura.

Es esa boca,

Primorosa y deliciosa,

Como el agua moja,

Y así sencilla con sus labios me toca.

No existe otra,

Que sea como ella,

Ni ninguna puede imitarla,

Por que solo es  tuya.

Por que es fuego,

Que a la braza viva,

Marca en su gemido,

Toda mi memoria.

Me atrae al desplace sensual,

Celestial me arrebata,

La seda de mi bata,

Apasionada de deleite me mata.

Es una grana cascada,

De ancho lame mi ser,

De largo deleita mi alma,

Y se adentra conmigo.

Es suave toda ella,

Es tierna solo ella,

Poderosa, ardiente,

Y toda, toda...

Una sensual compañera.

Si eres más que delirio,

Es boca roja,

Eres el arroyo de mil besos,

Inacabable y loca.

Tu embeleso me desboca,

Po su coral cobijo,

En su toque natural,

Es la tierna niña de mi cuerpo virginal,

Es la que canta al son de mis curvas,

Y se contonea al placer de mí ser,

La que de noche me embruja,

Y de amanecer me asesina,

Es boca si,

Tu boca loca,

Es tuya,

Es tibia, fina,

Incomparable,

Desnuda ella,

Virginal gaviota,

Que vuela,

Y en mi carne se posa,

Siempre vestida de húmeda rosa,

Grácil granada roja,

Es ella la que sonroja,

¡Es ella si ella!,

Y solo ella,

La dulce damita mojada,

Y en su beso es templada,

Por que es ella,

No hay otra,

No existe,

Por que es...

Tu...

Roja boca.