¿Por qué te escondes?

¿Que quieres verme? y me miras y no me ves,
pero cómo vas a verme , si cierras los ojos al mirarme.
¿Que me buscas y me buscas?
te quejas de no encontrarme, ¡Imposible!
¿cómo puedes dar conmigo?, si sabes donde yo estoy;
y no vas allí a buscarme.

¿Que te hablo y no me escuchas?
ensordeces sin razón, porque aunque te llame a gritos,
tú no quieres escucharme.
Dices que piensas en mi, y no podrás engañarme.
Sé muy bién que mentiras son, porque eres tan ingrata;
y no quieres recordarme.

¡Caramba! y creer que eras tan buena,
vivir con tanta esperanza, de que algún día vendrías,
a fortalecer mi alma.
Está bién, aunque mucho me desprecias.
con el sentir que me inspiras, no me ahoga la nostalgia;
y mi corazón despierta.

Mas así, ya muy poco se me importa,
que al querer estar conmigo, te me niegues a brindarme
una sombra de tu sombra.
Intrigada, sé tal vez que te preguntas, a quién tanto me refiero;
sin saber que eres tú a quien tanto siempre espero.

¡Buena Suerte!, no te asombres, porque eres tú,
Tú la que dices que quieres verme y cierras los ojos.
Tú la que me buscas con pocas ganas de encontrarme.

Tú a quien yo le hablo, a quien llamo a gritos;
y por doquiera te me escondes.
¡Si!, eres tú, buena suerte, tú la que me haces llamarte ingrata,
la que finges pensar en mi, pero no me engañas.
A ti buena suerte, nunca cerraré la puerta,
te esperaré cada mañana cuando amanezca,
cuando te apiades de mi, cuando se te de la gana.

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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita