(Intitulado LXXX)

Necesito mis pies en el lugar que deben como estacas rigurosas, mis manos labrando como bueyes domesticados, centrarme como un marco fijo de un lienzo antiguo. Necesito abrir mis ojos y cerrarlos cuando deba, la disciplina de una montaña resignada a su color o un río a su transparencia. Necesito muchas cosas, querer lo que me enfurece en las aguas del disgusto, abandonar querencias irrepetibles. Necesito no querer seguir las aves en su ventaja aérea, necesito amar la tierra y sus condenas hasta que a su hambre yo le apetezca. Necesito la convicción del crédulo, sus pasos secos de preguntas, necesito perdonar sin arrepentirme, no encelar lo que no me pertenece. Necesito todo eso, pero lo que más necesito es que me enseñes a soñar.   LRL   1-10-2011