En la mirada y sonrisa de un niño
En las manos del mendigo
En el llanto de la noche
Hablaras con Jesús.
A Jesús hay que buscarle
En el despertar de la mañana
En las tardes del sol
En la oscuridad de la luna
En la fragancia de Dios
En lo alto de una montaña
En la brisa de una ala de paloma
En la tibieza de tu Alma
En las manos que tiemblan
En la frente de mi alma
En la pureza del camino
En la llagas del viejo mendigo
A Jesús hay que buscarle
En la razón del corazón
En las vestimentas de mi oración
Inclinando mi frente para pedir
De todo corazón a Dios.
Comentarios4
Hayy es muy hermoso tu poema, siempre es tranquilizante escuchar algo de Dios...y este tu poema, me encantó. Me lo llevo a favoritos.
Felicitaciones.
Un beso.
Gracias, estoy escribiendo con el corazon.
EN TU PLUMA ESTA EL, NO TENGAS DUDAS.
Es verdad que Él está en todas partes. Y en tu poema queda muy claro. Es hermoso encontrar que se habla de Dios en otros ámbitos.
A mí también me gustó el poema.
Añado aquel pasaje que dice: "En el silbo apacible" está Él.
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