Ven...

Ven, haz que sea tu piel el combustible,

que se encienda a mis besos como hoguera;

que se funda tu carne entre mis manos,

y te hierva la sangre, al estar cerca.

Que recorra tu cuerpo, palmo a palmo,

la fiebre que el espíritu me quema,

que te bese los pies como una brisa,

y como un huracán te abra las piernas,

para probar del cáliz de tus flores,

el glorioso sabor de tu belleza...

Ven, que quiero impregnarme en tu perfume,

y grabarme en el alma tus esencias;

hacer cumbre en las cimas de tus senos,

y escalar con mis besos sus laderas.

Quiero entrar por el cielo de tus ojos,

navegando por todas tus estrellas;

y sentir que ha estallado el universo,

al llegar a tu última frontera...

Después... Si te acurrucas en mis brazos,

sabremos descubrir caricias nuevas,

que lleven la pasión al infinito,

y dejen nuestras flores siempre abiertas;

para que siempre puedan nuestros labios,

sorber de a poco, su precioso néctar...

No te alejes jamás... Que sólo existo,

si me entibia el calor de tu presencia;

si en tus ojos descubro paraísos,

y en tu alma respiro primaveras...

No te alejes jamás... Porque mi vida,

sólo tiene sentido, si me besas...