Vaguada

La Vaguada - Tragedia de Mocotíes del 11/02/2005

La mañana amaneció triste...
El cielo arropó con su cobija gris a la montaña...
al páramo...
al Valle...
al pueblo...


La tierra titiritaba de frío...
La montaña lloraba...
Cataratas de lágrimas...
Lágrimas de piedras...
Lágrimas de barro...
Lágrimas de tronco de árbol...


Torrenciales llantos...
Llorabas y llorabas...


Mientras avanzaba el día...
Llovía y llovía...


Ya va a escampar, se oía...
Pero llegó la escalofriante noche
y más triste te ponías...


¿Que pasará...?
¿Porqué tanta tristeza...?
¡Dios mío...!
¿Qué te acongoja...?
Ni siquiera con las letanías...
Oraban y proclamaban...
¿Cómo encontrar consuelo...?
De lo que sucedía aquel día...


Toda la gente en un sólo coro
suplicaba y pedía...
A los ángeles del cielo
para que te dieran una alegría...
Para que cesara la tristeza
que te contenía...


Ya no se sabía...
Ya no se podía...
¿Cómo contener tanta furía...?
Que seguía y seguía
durante todo el día...


Inmediatamente
las calles empinadas
parecían rios bravios...
Desbordados rios...
Que arrastraban a su paso
cuanto desperdicio había...


Empezaron los derrumbes...
Las carreteras se caían...
Ya no había paso
por ninguna vía...


Mocotíes... Rio Mocotíes...
Crecistes de manera impresionante...
Inundastes todo el Valle...
Te salistes de tu cauce...


La culpa no fue tuya
¡Rio Mocotíes...!
¡Fue de la vaguada...!
¡Llanto y tristeza...!
Arreciando con fuerza
y más fuerza...


Con un ruído ensordecedor...
¡Que desde el río salía...!
¡Que de la montaña venía...!
¡Que de la quebrada aparecía...!
Se escuchaba a lo lejos
con todo lo que traía...
Cargandote a tu paso
cuantas cosas existían...


Barro que corría...
Cubriendo las calles...
Tapiando las casas...
La gente corría...


Al fín, llegó el nuevo día...
Y nada, ni nadíe podía
contener la tristeza
que te invadía
durante todo el día...


Todo quedó inundado...
Rio arriba...
Rio abajo...
Todo quedó desolado...
Todo quedó callado...


Horizonte infinito
de roca, de barro,
de palos, de restos...


No respetastes ni la vida...
Se perdieron seres queridos...
se perdieron los cultivos...
Cientos de desaparecidos...


¡Al fín...!
Dejastes de llorar
a la otra mañana...
Haciendo pucheros enloquecidos...
Se apasiguó tú tristeza...
Se desarropó el valle...
Se desvaneció la cobija...


Salió el Sol...
Vino la calma...
y con la calma, llegó nuevamente la tristeza...
La tristeza nuestra...
y con la tristeza pasó el tiempo...
y con el tiempo, el resurgimiento...
y con el resurgimiento, sólo quedó el recuerdo...


¡Rio Mocoties...!
Volvistes a tu cauce
sollozando desde tus entrañas
agua fresca, agua recia...


Sólo quedó tu profunda huella...
De aquella tragedía...


La culpa no fué de la vaguada...
fué solo una consecuencia...
La culpa la tiene el hombre...
Por la deforestación...
Por la contaminación atmosférica...
Por la emisión de gases...
Originando el desequilibro ecológico...
Las lluvias intensas...
Las sequias prolongadas...
Es Furia de la naturaleza...
Los Cambios de climas bruscos...

Héctor Molina
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30 de Agosto del 2009
a 4 años y medio de la tragedía