No es decir que tú me amas, no es oír que te lo digo,
Es saber cuanto tú vales como madre de mis hijos;
Aunque yo llegué primero a la estancia de tu vida,
Ellos por siempre serán la importancia de vivirla.
Tú, mujer muy especial, señora y dama perfecta,
Madre abnegada y esposa, de mi corazón la reina;
Que Dios puso en mi camino, bajo el techo celestial,
Para apoyarme en tus brazos y me enseñaras a amar.
Así han pasado los años y del amor que me das,
Hemos cultivado frutos que has podido disfrutar;
Y sus retoños cual flores que adornan tu corazón,
Son los nietos que en el pecho hoy abrigas con amor.
Como yo siempre lo he dicho y reitero con razón,
Para una mujer así no existe un día especial, para notar su valor ;
Una madre es una madre, cada segundo del día,
No recordarla un momento y en otros ya se le olvida.
Por eso a ti a quien amo, a la madre de mis hijos,
Quiero que sepas que vivo agradecido de ti;
Que existe en mi corazón, un sentimiento profundo,
Y ojalá que en este mundo, hubiesen más como tu...
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita
- Autor: José Miguel Pérez Amézquita (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de octubre de 2011 a las 13:59
- Categoría: Amor
- Lecturas: 47705
Comentarios2
un poema con la sinceridad de tu corazón,la tienes a tu lado y puedes amarla y disfrutarla.
como dices es la madre de tus hijos y la abuela de tus nietos,eso la hace grande y hermosa a tus ojos.
que bueno que ella reine en tu corazón y seas feliz.
no pueden haber mujeres iguales todos somos diferentes,en todo.
muy bello tu poema ,me lleno de nostalgias porque ,lo dices con un amor infinito.
que sigas por siempre con ella y sigas con la felicidad que de ella recibes.....mi cariño para ti...sol
AMORRRR
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