Ruegas que mi cabeza se retuerza
y sangre dolores sobrehumanos.
lamentablemente no poseo
la benevolencia suficiente para convertir tus
anhelos en hechos, más bien podría incluir tu nombre
en mi libro de apreciables abominaciones
para convertir tu ego en una serpentina
de perversas ocurrencias.
Moriré llegado el momento
y posiblemente mi cabeza rodará por el asfalto
como una peonza sin patrono ni ensueños…
Mientras tanto
mi puño se aproxima sigilosamente
hacia mentecata ineptitud
para magullarla fuertemente,
así como se magulla
la perfidia de los necios.
- Autor: Alexander Vórtice (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de octubre de 2011 a las 15:25
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: huertero
Comentarios1
el ego y sus perversas ocurrencias,...genial
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