Tu alma fue el destino de mi corazón
de sentina y escombro.
Mi afán de piloto ciego anduvo al tacto
bordeando el estupor de tu tierno plumaje.
Mis labios corsarios rondaron los islotes
de tus marinos salitres al momento del asalto meditado/
En tus pulposos capullos guardo lo perdido
y cuando tu boca de beca me otorga su tesoro
exprimo mis dolores de naufrago solitario/
De tus ojos absorbo los blancos faros
las dos infantes niñas ondinas de tu infancia.
Mi lúdica mano deshoja tus poros incrustados de pétalos/
¡Oh. Mujer!
Llevada del púber a la adultez
Era mi sed y mi haba de ruina desnutrida
que en tu vientre colmaron su apetito, y
los racimos ociosos de mis dedos despertaron
al impulso carmesí de tu piel abonada/
Retuercen mis manos los llorosos pañuelos,
del recuerdo amarillo del dolor y
sólo queda tu blanco rostro de gasa curativa
sanando mi corazón de estrella renacida/
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- Autor: RICARDO ALVAREZ ( Offline)
- Publicado: 21 de octubre de 2011 a las 19:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 69
- Usuarios favoritos de este poema: gallicida
Comentarios1
ya no se que decirte, sabes que admiro tu trabajo.
un placer estar por aquí amigo.
a veces no hacen falta palabra. muchas gracias gallicido.saludos amiga. ricardo
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