Hojas acariciadas por las gotas de agua.
Gotas de fuego,
gotas de aire
gotas de tierra
gotas del mundo.
Rayos! Rayos!
Escuchad el temblor celeste haciendo el amor con mi rostro
llevándose los suspiros religiosos
llevándose mis opacos nervios,
fundiéndose con mi sangre tibia.
Escucho el quejido de las latas,
el asfalto
los abrigos
los anteojos.
Escucho a las montañas regodearse,
a la tierra hecha hombre, ¡al hombre hecho tierra!
Al mundo vivo.
Árboles, madres pariendo aves
hacia el río que muestra su mas gentil rostro.
Sublime espectáculo de los cantares nubosos.
Guturales relinchos de espíritus volátiles.
Y es así como contemplo a los dioses primigenios
caer con toda voluntad sobre las mentes hechas bosta.
Si tan solo escuchasen tu voluntad madre mía,
si tan solo tuviésemos la idea de lo que en un principio debió ser.
Observa como se pierden miles de voces en el horizonte,
observa como caminan perfumadas las obsecuentes rocas.
Se guían ciegos unos a otros...
Ya no mires más madre mía
- Autor: Fernando Curimán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de octubre de 2011 a las 00:49
- Comentario del autor sobre el poema: Lamentable que en mi país no se respeten los dominios infinitos del cosmos ajeno a nuestras manos grises, manos con números y cifras, manos filosas.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 298
- Usuarios favoritos de este poema: Isaac Amenemope
Comentarios3
Guuauuu! me paro y te aplaudo compañero!! 😀
Abrazos!!
Genial, Comparto ese mismo sentir por Nuestro principal Vida!!
Exelencia de poema!1
Un Abrazo Luz!
En ningún lado se respetan, pero lo peor es que no nos respetamos a nosotros mismos, que de ahí debería partir el respeto a todo lo demás.
Sos un Escritor, sin dudas.
Excelente
Un gran beso mi nuevo amigote
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