Descuido los crepúsculos
que me regaló el infarto social.
Quizás sobre el ímpetu de un día
absorbido por las manos de los impíos
se encuentre el cromosoma del aturdimiento.
Nunca fueron geniales mis versos…
No creo en el más allá después de muerto;
no vacilo si el desencanto perturba a los malos;
no exijo balas ni descargas eléctricas a los dementes
que me dan la vida y el buen ánimo.
Descuido el rumor de los labios atolondrados
por lo sempiterno bajo la mueca del hombre
que entregó su alma mundana por un par
de monedas de bronce y un futuro
colmado de sentimientos nobles.
- Autor: Alexander Vórtice (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de octubre de 2011 a las 12:30
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 90
Comentarios2
Almas mundanas que divagan...
Excelente!
Gran abrazo, amigo!
Rocio
Gracias por vuestros comentarios. Buen día!
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