Aviso que he vuelto después de muchos años ausente.
Una llamada urgente,
un grito desesperado,
de muerte.
Enseguida
salí corriendo tras el grito.
Busque a mi derecha, y nada.
Doblé la esquina sur, y no lo hallé.
Entonces dije:
tengo que revisar
cómo va vestido
De qué color.
Fui al cajón del armario,
y encontré solo dos
o tres prendas grises,
y una camisa negra deslavada,
un peine, y
Sobre la repisa,
un retrato
un rostro sin mirada,
vacía,
sin esperanza.
Entonces me angustié,
bajé a tumbos la escalera
y marqué un código de e-mail
que aparecía en el directorio.
Lástima no está en línea.
Qué haré…
aun puedo oír su grito,
pero yo no puedo responder,
no está ahí.
Ni siquiera me conoce,
cómo querrá entonces saber
Lo que le puedo decir.
Una vida se extingue,
se percibe en el viento su rumor.
El grito es lo único que queda de su horror.
Ese es el peligro de mirar
solo hacia adentro.
Cuando está tan lleno de dolor.
Quieren morirse los que están naciendo,
qué hemos hecho nosotros los mayores.
Qué mundo estamos dejando
a las generaciones.
Qué triste que al hablarles no nos oyen.
Solo queda un recurso en esta noche.
Orar.
Interceder.
Si el propósito de DIOS es firme en su vida.
Se salvará...
¡Jesús venció a la muerte!
- Autor: Carlos Cabonaro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de septiembre de 2009 a las 23:32
- Comentario del autor sobre el poema: Hay tantos gritos de angustia que se escuchan por las calles, tantos muertos en vida, de los cuales pasamos de largo indiferentes a su dolor, otros tantos que aunque nos detengamos a hablarles, el sonido del walk-man no les permite oírnos, Mirar hacia adentro cuando hay nada en el interior, o dolor y muerte. Es equivalente a fumar dentro de un polvorín.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 92
Comentarios1
S O S
Un grito en el silencio de la noche. Seguro alguien necesita una mano amiga.
Sé,te ví correr. No desistas ,mañana lo verás.
Carlos, enternecedor S O S ,tienes facilidad increible de crear,sutiles metáforas dan su mensaje subliminal.
Ojalá muchas personas lean tu poema.
Besitos de colores y sueños reparadores.
Guísela
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