- DOS DEL UNO DEL DOS MIL ONCE -
(Para Ana, indiscutiblemente)
Nos miramos a los ojos y nos reconocimos
en el restaurante de la calle filosa
y desmerecida con el plomizo lapsus
que barría el cielo descolorido.
Comenzaba el año y sonreíste única
arrebatando empeño al desdén futurible
que trajinaba a nuestras espaldas.
Eras la mujer más morena del mundo
porque ensombrecías el rictus de la tristura
y entre tus cabellos se armaban lianas
que extendían mis brazos impensables.
Jamás fue una deserción el sol,
la ofensiva de tus ojos proclamó noche
y nos sostuvo entre murmullos de escaparates,
fluorescencias de espumillones musculosos
y bolas doradas chispeando las cejas.
Encaramados en lo que deseábamos ser,
el abismo transigió en una esquina ignorada,
nos dejamos peinar por un sinfín de laureles
que callamos en un beso cuando menguó,
amor.
- Autor: Kabalcanty (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de octubre de 2011 a las 16:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 86
Comentarios2
Más que calle filosa, es un cuchillo filoso que perfora de ternura dentro de las maravillosas metáforas Kabal...!
Una buenísima poesía, con mucha calidad.
Me la guardo y la releo todas las veces que sea necesario.
Me encantó. Y sobre todo, desde el subtítulo: "Para Ana, indiscutiblemente"
Un abrazote
También me agrada, indiscutiblemente, que la guardes y la releas las veces que sea necesario, La Su. Gracias.
¡Qué sutil poema que me perdía!
Y digo sutil no porque no quede claro de que va, sino porque me llega envuelto en poesía dulce.
Me ha gustado mucho, KAbal y me la perdía.
Un saludo
ana
No te la perdías, Alfanuy, porque los versos tropiezan días en el camino. Gracias por no perdertela.
Precioso lo que dices, Kabal
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.