Caminé entre inviernos impetuosos,
buscando el eco oscurecido de su mirada,
y entre los ramajes inquietos,
me buscaban sedientas las mañanas.
Entre conjuros y promesas,
me comí atrevidamente,
el grano fresco de su aliento,
verdugo fiel de mis lujurias
mientras me robaba desquiciado,
del itinerario de sus frescos años
la flor exquisita de sus besos.
De sus silencios,
emanaban nuevas alboradas,
y se fue comiendo el tiempo los años,
y se hicieron lentas las miradas,
los pasos se acotaron,
y drogados de besos,
en el atardecer del alma,
te despediste de mis sueños,
dejándome el alma clavada,
en el cadencioso espacio,
de los inviernos impetuosos.
- Autor: marco augusto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de octubre de 2011 a las 06:30
- Categoría: Amor
- Lecturas: 61
Comentarios1
"drogados de besos,
en el atardecer del alma"
Hermosas metáforas amigo,una combinación de versos consonantes y asonantes con mucha delicadeza,mis respetos,abrazos.
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