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Di de lleno
con la rama flexible,
azote para conventos.
Sin embargo
su verdor incipiente colmó
mis lentes de burgués,
haciéndose ver como suave
pértiga de los campos.
Entonces detuve aquellas pisadas
que codician un implacable horizonte.
Deleité la conciencia
con remedo de serranías
por donde el pie talló percepciones
que aún hoy
eclipsan mi ambición más frecuente.
Acaricié la niñez cándida
en brotes que hamacaban
saludos de seda.
Estalló, quedamente, mi jardín transversal.
Y me comprendí vegetado
al ritmo del astro supremo,
que sonrió fulgores por doquier.
En adelante
a todo verdugo negaré la oportunidad
de blandir como flagelo
estos tallos que, inaugurales,
sólo proponen fraternidad y ternura.
Habrá alguna estrella,
que desconozco, dentro del tiempo
próximo, donde alojar la nueva piel
cubierta por pimpollos y hojas verdes.
Quizás también allí
no exista Julio yermo
ni nevadas de Agosto
que impugnen mi espesura.
- Autor: Albin Lainez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de noviembre de 2011 a las 03:49
- Comentario del autor sobre el poema: no todo lo que azota es látigo
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Marea
Comentarios3
Como todo en esta vida, las ramas, los tallos, los vestugos,.. que nos dan "los árboles", se les puede dar doble uso..bien para castigar o, mucho mejor, para el deleite y gozo de quien los sabe disfrutar tal cual son.
tenés razón Marea, todo cuanto hace nuestra vida tiene dos funciones o caras, depende de nosotros elegir. Gracias por tu aporte
Marea vi tu haiku, que me gustó, y te quiero dejar uno mío que hace referencia a esa luz=
sube a este fulgor
que parte las tinieblas
de tanta duda
Precioso!!!
Muchísimas gracias, Albin!!!
Lo guardaré como oro en paño..
UNA ASpiración cargada de metáforas... como la alameda por donde transitas...
qué linda palabra "alameda", debo usarla, gracias efraguza
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