Se me agotaron los caminos,
de flores y hogueras,
se clausuró,
el boulevard de mis sueños
y lo que me quedó del ayer,
es existir,
consumiéndome,
dentro un hormigueo,
de lejanos recuerdos.
Escucho un eco envuelto en sedas
y se convierte en inquietud,
mi penitencia eterna
y vuelve su imagen
desde lejanas estepas,
a aduanarse de mis desvelos
y mis penas.
Arribaron sin previo aviso
las flores en primavera,
mientras mi alegría
se quedó enredada,
dentro de su negra cabellera.
Volverá la noche callada
a llenar mi alcoba
con fragancias de ausencias
mientras cierro los ojos
y contemplo
una luz misionera
y unas huellas que me reclaman,
mas allá de las estrellas.
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Autor:
marco augusto (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 4 de noviembre de 2011 a las 07:40
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 252
Comentarios1
La trascendencia el hombre no la puede negar...
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