Un millón de milenios podrán pasar pero mis relojes seguirán eternos.
Anochecerá la vida con mis letras dormidas,
pero el dormir de mis letras anochecerá con vida.
Al momento preciso de posar las partículas metálicas
del raudo amanecer continuo
al quehacer afanoso de mi cantar.
Regálame las galaxias soñando.
Y amanece con planetas colgados al pelo.
¡Sigue!, ¡Sigue!
Desquíciate los momentos y recórtalos uno a uno.
Escala riendo las murallas maltrechas de un cristianismo doliente.
Despójate cariño mio del pesado traje oxidado que os regaló tu nación.
Acariciaré vuestros andares mientras estos dibujen con huellas,
El hermoso rostro de tu felicidad acontecida.
Me tragaré el sonido de tus ojos
y en un beso pagano de la negra poesía maldita,
nacerán copihues ardiendo en libertad tuya.
- Autor: Fernando Curimán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de noviembre de 2011 a las 17:46
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 247
- Usuarios favoritos de este poema: Isaac Amenemope
Comentarios3
Que el amor nos libera... tengo mis dudas...
no el amor, la poesía.
La poesía, de ella no tengo dudas...
La situacion del segundo que transcurre es impreciso a la vida, es como si fueramos al paso de el, pero adelantados al suceso! figurar con la dogma naciente y vendarse los ojos en el curso...
Un Abrazo Luz, mi Hermano que poema! me lo llevo!!
Me tragaré el sonido de tus ojos y en un beso pagano de la negra poesía maldita, nacerán copihues ardiendo en libertad tuya....
Estupendo, bendita libertad, por el medio que sea debemos tenerla...
Genial poema...
Un abrazo
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