De pronto y sin alguna buena razón
Una esperada amiga, por fin me visito
Más vaya, una gran sorpresa se llevo
Pues le dieron ahí mismo, mi nueva dirección.
De prisa, corrió a donde estaba mi morada
Y la vio blanqueando, Justo bajo un árbol
Era una lapida, recién esculpida en mármol
Y pensó: muerto hoy… ayer lleno de vida estaba.
Después de hacer por mí una bellísima oración
A la sombra del viejo y frondoso árbol se sentó
Pensativa, y llorosa, por un momento dormito
Y al creer escuchar mi voz, presto atención.
Que pasa, amiga, ¿por qué te veo tan triste?
Le salude, mientras que hacia ella caminaba
Me vio y sonrió, al tiempo que preguntaba
¿Cómo? ¿estas aquí? ¿es que acaso no moriste?
¿Qué es morir? conteste, mientras un beso le daba
Sino tan solo, un cambio de estado necesario
Pues nada mata más, que el tedio diario
Además que de mí, en vida nadie se acordaba.
En cambio aquí, le señale, mientras alegre reía
A diario recibo, como nunca mil visitas
Mis hermanos, mi madre, mi prima margarita
Tú, Ernesto, Marce, y gente que yo ni conocía.
Hoy me doy cuenta, y veo cuan equivocado estaba
Pues mira, llegue a pensar que nadie me quería
Más lo juro, hubiera preferido, cuando vivía
Sus muestras de cariño, afecto y palabras atrasadas.
Pues todas las plegarias que hoy, hacen por si acaso
Y las lágrimas, que todo aquel que viene aquí derrama
Hubiera yo querido, enfermo, allá mí en cama
Cambiándolas gustoso, por un muy fuerte abrazo.
Sin embargo tus líneas, como siempre me llegaban
Y las cosas que escribiste, todas fueron buenas
Agradezco tu escritura, tan clara y tan serena
Que en mis noches de agonía, mis dolores aliviaban
Escribiste, muchas veces, acerca de la decencia
Mencionabas también, por horas la amistad
Sin ser malagradecido, y lo juro, no es maldad
Hubiera preferido, diez segundos de tu presencia
Más quiero pedirte algo, sin un ápice de pena
Pues recuerda, fui tu chambelán allá en tus quince
Concédeme otro vals, pero ahora sin berrinche
Pues ya no mirare, a la guapa María Elena.
Y sonaron aquellos gratos acordes, en su mente
Dios nunca muere, inundo todo su pensamiento
De nuevo bailamos, y rio y lloro de sentimiento
Pues junto con el vals, terminaría un buen presente.
Y ella dijo, llorando, hoy mucho me arrepiento
Que mis sentimientos hacia ti, yo me callara
Pensando en el que dirán, viví siempre amargada
Y ese fue el Motivo, de nuestro distanciamiento.
Hay, si me fuera posible echar hacia atrás el tiempo
Seguramente, decía, estaría contigo a diario
Me abrazaba y se apoyaba en mi hombro imaginario
Y volcaba inútilmente, todo su sentimiento
Por favor, no hablemos dije ya, de cosas tristes
Pues aquí donde estoy, no hay cabida para eso
Despidámonos pues, para siempre, con un beso
Quedo eternamente agradecido y muy feliz, porque viniste.
- Autor: Eric Lenin Camejo Ocaña (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de noviembre de 2011 a las 02:01
- Comentario del autor sobre el poema: El mensaje es claro, expresemos nuestros sentimientos hoy, ya que mañana tal ves no estemos.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 74
Comentarios2
En vida hermano, en vida...
Justamente!
gracias Efra
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