Navegando por mis pensamientos más profundos, sin saber a donde ir, aflicciones extremas y situaciones depresivas se encuentran en ese lugar. Navegando en la nada infinita de mi ser, conociendo mis defectos, mis debilidades, mis remordimientos… y mi perdición.
Creía que encontraría paz y tranquilidad dentro de mi ser, pero que equivocado estaba, ya que solo hay oscuridad y tempestad.
¿Dónde rayos estoy?
Creí que me conocía, pensé que por lo menos podría defenderme de mi propio ser.
Los mares de mis pensamientos se calmaron y de pronto todo fue oscuridad.
Enseguida me percate que iba en un viejo y desteñido barco, tan antiguo como el centro de la tierra, tan débil y frágil como la vida misma. Esa nave tan particular era mi transporte en los confines de mi mente.
El barco realmente era deprimente y hasta un poco espectral, de hecho, combinaba con el frió y triste panorama de mi alma.
No conocía este lugar tan intrigante, tan solo, traté de mirar por la borda, para ver si encontraba algo más, pero no vi nada, solo oscuridad.
En el horizonte pude ver que algo se movía, era una gran sombra que se desplazaba sigilosamente como un fantasma por el agua tranquila, hasta que mis ojos, ya débiles por el esfuerzo de tratar de ver en la oscuridad, alcanzaron observar al misterioso objeto; era un gran navío que se acercaba a mí, igual como una fiera a su presa, no conocía las intenciones de sus tripulantes, solo sentía miedo y curiosidad.
Entonces llegó el momento, mi corazón palpitaba ferozmente, el barco alcanzó al mío, con desconfianza me acerqué a la borda para poder observar mejor, y cual sería mi sorpresa, el barco no mostraba señales de vida.
La apariencia del barco era espeluznante, tenía a sus costados horribles rostros de personas sufriendo, todo esto era muy extraño, ya que la fachada del barco mostraba un desgaste fuera de lo normal, era imposible que un navío en sus condiciones pudiera desplazarse por el agua, también observe que las velas estaban muy gastadas y ondeaban al igual que el humo del fuego, su sola apariencia me dio a entender que su propósito era causar dolor.
De pronto alcancé a observar una silueta, inmóvil al igual que una estatua, pude ver que estaba cubierta por un gran velo negro, el cual se movía y ondeaba de la misma forma que las velas del barco. El misterioso inquilino de aquel misterioso barco me recordó rápidamente a Caronte, el balsero del Dios del Inframundo, Hades.
Yo estaba atónito, sorprendido por aquello que mis ojos veían, y fue cuando la cabeza del ser subió la mirada, era tan horrible, como la cara de un ser humano llena de llagas, como si el fuego hubiera provocado su apariencia, y sus ojos radiaban tristeza y muerte, sonrió levemente y pude ver sus dientes, los cuales eran semejantes a los de una bestia. Yo, sorprendido y con temor caí al suelo de mi viejo barco. ¿Cómo era posible que algo como él estuviera aquí? ¿Cómo era lógico que algo así habitara dentro de mí?
Saqué fuerzas de lo más recóndito de mi corazón y me puse de pie, con la voz temblorosa y articulada pude hablar.
-¿Quién eres?-pregunté.
-Yo soy la musa de los desamparados, las lágrimas de la viuda, el tormento del huérfano, el remordimiento del asesino y la desolación del corazón del hombre
-¿Qué quieres? ¿Qué haces aquí?-pregunté.
-Pobre tonto-respondió sin alterar su sepulcral tono de voz-tu me trajiste aquí, por ti vivo, me alimento de tu dolor, bebo tus malas acciones hasta embriagarme en tus tristezas-.
Sus palabras fueron más que suficiente para entender que él era el que contaminaba el ambiente, él era el que me había hecho viajar hasta lo más oculto de mi corazón.
- ¡Tú no eres más que un parásito, un huésped no deseado!-grité con todas mis fuerzas, ya no le temía, el sentimiento que provocaba en mí era semejante a la repugnancia, no me importaba que tan fuerte era ese ser, solo lo quería lejos de mí.
-Eso es imposible-dijo burlándose de mí-ya soy parte de tí, pertenezco aquí, y realmente disfruto serlo-.
Calló por un momento y comenzó a ver a su alrededor, yo estaba lleno de furia mientras ese monstruo vacilaba, después de un rato de silencio volvió a hablar.
-Amigo, gracias por recibirme con los brazos abiertos, ya que yo no te quito nada y tú me das todo, pareciera que lo haces con devoción y cariño, te lo agradezco con todo mi corazón-.
-Estas loco, ¡sería incapaz de invitar a algo como tú y mucho menos alimentarlo!-exclamé encolerizado.
-¡Amigo! No puedo expresarme mal de tí, ya que estoy agradecido contigo, no me iré, siempre estaré dentro de tí-dejó soltar una carcajada horrible-¿Recuerdas el dolor? ¿Ese dolor que sentías cuando tus amigos te abandonaron? Tu eras tan incorruptible, y este lugar era hermoso, pero el enojo de tu ser me abrió paso, tus pensamientos se empezaron a manchar de una tinta de maldad, y el odio ¡Oh! El sabroso odio contaminó tu ser. Con el tiempo tu buen corazón se vio aplastado por la decepción que te provocaba el mundo y de pronto todos esos sentimientos se enraizaron fuertemente en tu ser. Tus mentiras deshonraron a tus valores. Ahora ¿ya lo ves? Tú tienes toda la culpa.
Te dejaste vencer por aquellos que no tienen ideales, te dejaste aplastar por los hombres sin sueños, recuerda y analiza, ellos siempre tratarán de destruir a lo bueno y lamentablemente sucumbiste ante ellos.
Todo esto empezó a provocar que tu alma perdiera sensibilidad, perdiste la virtud de perdonar y más valioso aún, pedir perdón. La intolerancia hacia los demás te lanzó a lo más profundo del abismo, en donde la culpa te aplasta y la oscuridad te ahoga. Ahora, ¿ya entiendes? ¡Tu me abriste paso!-terminó diciendo la bestia.
Yo no podía creer lo que estaba oyendo, sin embargo, el monstruo tenía razón.
-Ahora dime ¿soy acaso yo un intruso en mares ajenos?-preguntó finalmente.
-No, no lo eres-admití-fui yo el que te abrió las puertas de mi corazón y por mí estas aquí…-mi voz se rompió y casi me eché a llorar-ahora te pido, respetuosamente que me dejes empezar de nuevo, no quiero ser así, quiero cambiar y ser ejemplo de bondad, te lo suplico, dame una segunda oportunidad-dije al borde del llanto.
-Bueno, fue divertido mientras duró, sin embargo todos merecemos una segunda oportunidad-contestó el ser.
De pronto delante de nosotros el sol comenzó a salir, y el tripulante de aquel viejo navío se quitó la capucha y pude observar mejor su rostro…
¡Cuál sería mi sorpresa! Él era yo.
Entonces me guiñó un ojo y desapareció.
Al fin, pude observar lo bello que eran los confines de mi mente, desde ese entonces aprendí que existen las segundas oportunidades y que cada día es una nueva oportunidad para comenzar de nuevo… y aquel extraño viajero jamás lo volví a ver...
- Autor: Bellaktor of the Ligth (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de noviembre de 2011 a las 14:50
- Comentario del autor sobre el poema: En Marzo de 2011 teniendo yo 18 años participe en un concurso regional de cuento corto hecho por Cecytes. El cuento con el que participe se llama \"Los Confines de mi Mente...\", fue escrito por mi en una clase de calculo diferencial, jamás creí que podría llegar lejos con este cuento. Gané la etapa regional, esto me lleno de felicidad y el premio era un pase a la etapa Estatal, en la etapa estatal gane el 1er lugar y conocí a mi novia. Ella también iba concursando en la misma categoria que yo, ella gano el 2do lugar. Espero que este cuento les guste... Es la reflexión de un alma arrepentida, buscando sus defectos y maldad en lo mas profundo de su ser... Estoy agradecido con Dios por todo lo que me ha dado... Salu2
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 101
Comentarios2
Pero de qué le sirve al hombre la oportunidad si no la sabe aprovechar....?
Muy cierto, afortunadamente todos podemos darnos cuenta de esas oportunidades y empezar de nuevo, desgraciadamente, tiene que suceder algo fatal o malo para que esa persona se de cuenta...
Gracias efraguza 🙂
Hermosísimo relato Dari... reconocer los miedos es un gran paso... pero enfrentarlos es una gran hazaña... Felicidades... karamel kisses...
Gracias Danielig 🙂 me honra mucho su visita a mi cuenta 🙂 Gracias por su comentario...
Salu2
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