Eternidad

Todavía recuerdo tus palabras
como si las hubiera oído ayer:
"nuestro amor jamás ha de acabarse..."
decías con ávida altivez;
y yo te creí todo... ¡todo!;
te di mi vida y todo mi amor;
y tú me dejaste solo... ¡solo!
llorándote en mi habitación.
Hoy no son más que humo tus promesas,
la llama de tus besos por siempre se apagó;
de lo que un día fuimos sólo el recuerdo queda
guardado en mi memoria y en un triste cajón...
La rafaga del viento dispersa nuestra historia
en vanas y quiméricas visiones de un pasado
que corta mis entrañas mientras que tú en la gloria
después de tanto tiempo quizás me has olvidado...