Cuán veces, estoy leyendo y no entiendo...
y pienso...
Tal vez fuera atrevimiento, tal vez esperpento,
¡guardadle, sol, su andar, sus ojos aguileños!
Sí, tendremos esa charla distendida,
ésa que roba el verbo al alma,
que desmembra la verdad.
Se me antoja su boca, no debo ni nombrarla,
para cuanto más definirla,
¡astro de cristal, nebulosa de mar!
¡Compasión! le pide el fuego al agua
-malgastando su poder persuasivo-,
¡nunca tendrá piedad de él!
Ayúdame a no sucumbir en la pena,
a encajar este hipócrita destino,
éste que denso vaga…,
que no alcanzo ni persigo.
Mejor seguiré recogiendo moluscos,
so pena de rasguños físicos, ¡inofensivos!
Por cierto amor, a la misma hora
siempre coincido con esa gaviota;
siempre acabamos hablando de ti,
Amor, amor mío…
- Autor: AdelaVila ( Offline)
- Publicado: 12 de noviembre de 2011 a las 06:28
- Categoría: Triste
- Lecturas: 36
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