“ Para Joaquín Sabina y Ángel González, uno en la gloria, otro en el cielo. ”
A mí que me gusta Gonzalear
como un buen Ángel
por antros y garitos
honrosos por el vicio que acumulan
en sus barras sombrilíneas,
tugurios cuya estructura
es idéntica al esqueleto en los huesos de Sabina,
cantautor de cuerda floja y burladero,
crapulista y selenita por las rebajas de enero,
que perdió su voz en una timba
donde siempre gana el humo del tabaco
pero cuyas letras que visten traje de luces
se merecen un monumento al desamparo,
se merecen saltar al ruedo mitológico
y cortarle la orejas y el rabo al Minotauro,
se merecen
el capote de Belmonte,
el perfil de Manolete,
la coleta de Antoñete
y todo el oro de Caronte.
Pero como les iba anunciando,
yo que soy de la estirpe de los gatos,
un pariente pobre de la luna,
me hechiza deslizarme entre las noches
para dejarme caer cuestas abajo
donde la vida es un asunto tragicómico
y la muerte, tan sólo, las tablas de un teatro.
Me gusta beberme un whisky con Pink Floyd
mientras canta en la gramola Miguel Molina
La Bienpagá que le dio tan poco pago
a la vez que releo un tratado de urbanismo.
Me chifla hablar con los Paneros y otros locos,
conversar con cirrosis y relámpagos
y cuando llevo un murciélago de más
besar a la mujer pantera en su zarpazo.
Adoro ponerme, sin pensarlo, patas arriba
como las sillas de un bar que están cerrando
y luego subirme a una mosca
para, bajo las farolas, salir volando.
A veces, se me acerca una muchacha
con papel y boli entre sus manos,
filológica y petunia, por supuesto,
con aires de becaria en un simposio
y me dice con su trino de calandria:
¿ Me firmaría, poeta, un autógrafo ?
Yo la miro, la repaso en latín,
tratando de adivinar todo su griego,
su francés parisino, bilabial,
la Atlantida que se oculta en sus senos
y sin dudarlo, le respondo:
No es necesario el papel
mientras haya un espacio entre tus muslos
donde pueda rectificar mi soledad
y rubricarlo con mi lluvia de Vallejo.
Entonces se le enciende el candil de sus pupilas
y con un rubor rosa rosae sobre sus labios
me deposita sus pestañas en la mesa
con su número de teléfono debajo.
¿ Lo ves, amigo Ángel ?
la tuya,a tientas,
la mía, a gatas.
- Autor: FRANCISCO DE NERVAL (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de noviembre de 2011 a las 02:48
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema pretende ser un homenaje a mi amigo Joaquín Sabina y al gran poeta, ya fallecido, Don Ángel González, los dos tan crápulas como yo.
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 229
- Usuarios favoritos de este poema: gallicida
Comentarios3
tus letras me recuerdan mucho a joaquin
sera porque eres amante de las estrellas descarriadas
igual que el,nochiturno
yo que que quede invalido de vicios
y mudo de placeres turbios
estoy encantado de viajar con tus versos
a un mundo para mi prohibido
gracias mil mil abrazos
mas que bueno!! brutal!!
me lo llevo y lo recomiendo!!
admiro muchisimo al señor Gonzalez, asisti a un trributo que se hizo en su honor y lo estudie y disfrute un montonazo....
un fuerte abrazo de crapula a crapula
Muchas gracias, amigo. Yo también he aprendido mucho de Ángel González. Muchos abrazos.
Genial, genial, tus letras amigo. Un estilo q recuerda a sabina, en el desempacho de su escritura . Merecido homenaje para él y al inolvidable Angel González , un poeta de aquellos.
Abrazos
gammon
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