QUIERO PROBARTE

Quiero probarte, me gusta y no lo aguanto,

como caminar por las noches tras de ti,

siempre tan bella, tan delicada, tan tu, tan sola.

Como tu siempre hay otras,

pero como la noche ninguna,

acercándome sigiloso con mirada segura,

con movimientos precisos,

sin caber en mi mismo de la emoción,

me acerco hasta hacer contacto,

desgarrándote el cuello,

arrancando tus ropas manchadas de sangre,

despojarte uno a uno de todos y cada uno de tus miembros,

desde tus delicadas manos, tus pies descalzos,

tus senos bañados en sangre,

hasta que tu no seas tu,

seas un trozo de carne, un trozo de arte,

arte que se encierra en un costal que cargo por la calle,

bajo la lluvia de este septiembre,

con la mejor luna hasta ahora,

me gusta como se ve y como sabes también,

y como sabes tan bien,

tus piernas sin piel ahora en caldo son el gusto de mi paladar,

tus brazos abrase, con mis brasas que queman,

que un poco dorados bajo las estrellas en la luna nueva sin luz,

me recuerdan tu mirada de esa noche, sin luz,

sin brillo, sin dirección, sin vida,

con tu frío corazón congelando mi nevera,

tus dedos vinagre, tu oreja a su lado

y tu boca chicharrón, me acompaña en esas tardes de sábado,

en las que en tu recuerdo veo el televisor con tu foto y el numero de tu casa,

recuerdo tu voz y el sonido que hizo tu garganta al explotar

en ese momento cuando entro mi navaja,

y salio tu sangre como una fuente de domingo.

Con vino tinto ahora cuando estas por desaparecer,

lo que queda de ti, alimenta a otra como tu,

que dijo que eres deliciosa, sin probarte como yo lo hice,

antes de terminar la cena, después de terminar con tigo,

exclame “quiero probarte” y desate algo en ti,

tiramos la mesa, desordenamos mi cama,

y caminamos ya muy tarde a tu cama por las calles,

con luna llena, camine detrás de ti, comente

“quiero probarte” y como sabes tan bien, teñimos tus ropas con rojo.