Suena cada mañana el despertador siempre a la misma hora,
y en un acto fallido llevo mi cuerpo hasta el baño…
me lavo el rostro y me sumerjo en una inquietud
de saber si ya has llegado a tu destino.
Mi ropa es la misma de hace años y aun
no he podido guardar las maletas,
aun se que nada está perdido.
Y cuando cae la noche, tu y yo nos perdimos…
tú me gritaste, yo te grite,
éramos dos fantasmas en busca de una nada,
como me duele recordar ese día.
Es domingo, tú tendrías que estar acá conmigo…
esas palabras de anoche estuvo de más.
Y de repente el cuarto se burla de mí,
como tantas veces lo hizo…
solo me acompaña una foto…
¡no te olvido mi amada, no te olvido!,
arranca por favor el dolor de este piano,
o llévame de una vez por todas a mi tumba.
Decidiste irte en un día así como hoy…
o mejor dicho hice todo para que te fueras,
hoy vivo al borde de este maldito dolor que no cesa…
y aunque ya no oigas mi voz te llamo,
¡no te olvido mi amada, no te olvido!
no apagues la luz aun.
- Autor: guillermo mártin (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de noviembre de 2011 a las 08:00
- Comentario del autor sobre el poema: pido disculpas por este poema a aquellos que les llegue en lo mas profundo de su alma, esta mañana me levante triste y hablando mi alma deje que mi corazon maneje mi papel...una noche perdida entre mis ojos, un suceso que se marco muchas veces en mi alma
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 59
Comentarios1
Es un canto desesperado desde el rincón de la ausencia..
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